Una Historia del Tipo…

El tipo visitante.

Fatima y yo veníamos saliendo hace dos semanas y todo parecía bien, mina comprensiva, trabajaba como yo y ya había vivido la historia de trabajar y estudiar, por otro lado, como yo venía de una historia de amor jodida, más larga y con peor final, además , tenía los mismos problemas familiares que yo.

Además, estaba que se partía sola, tremendamente buena. Como comer pollo con las manos, ya habíamos tenido dos encuentros en los que, destrozamos la noche, pero siempre habían sido en mi casa, ahora me tocaba a mí, ir a su casa a jugar… de visitante. Desde la chica que estudiaba artes, que no iba a casa ajena, bueno, a lo de Z fui una vez y también a lo de sus padres, pero desde la chica que estudiaba artes, nunca me había quedado en lo de otra persona a pasar la noche…
Ese día fui al trabajo y a la facultad y luego partí rumbo a su casa, pase por retiro para tomarme el colectivo, pasando antes por un supermercado para comprar un agua mineral saborizada y un vino de colores estrafalarios, como le gustan a ella y algo para comer, no quería caer con las manos vacías, me tome el 23, me baje a una cuadra de su casa camine y toque el timbre, el encargado, quien estaba en la puerta, me aviso que no estaba… justo cuando ella me atendió (malditos porteros, siempre metiéndose).

Al final conocí su departamento, un dos ambientes correctamente amueblado, en una zona de reverenda mierda, pero con acceso a todo, apenas entre, sus tres gatos salieron corriendo a esconderse, pasaría bastante tiempo hasta que los gatos dejaran de temerme.

Otra noche perfecta se desarrollo en cual, charlamos, comimos comida china (mi favorita) y cogimos, pero la frutilla del postre fue cuando me auto invite a quedarme a dormir ( ni en pedo daba para viajar a la 1 A.M y menos por ese barrio) y ella acepto con ganas, a la mañana me preparo el desayuno y lo comimos juntos, como lo haría todas las veces que me quede...

Qué lindo fue dormir con ella por primera vez… y todas las veces que lo hice.